Comenzamos una nueva temporada. A veces es mejor marcharse a buscar nuevas ideas que atascarse, pero sepan queridos lectores que con Juampa nos fuimos sólo para soñar volver como esos viejos rock stars que amenazan constantemente con su regreso.
Es lindo cumplir esos sueños sencillos. De tanto en tanto me encuentro soñando con conducir mi viejo auto por la avenida principal del centro con un sol otoñal golpeándome los ojos y ver como el viento mece las hojas secas mientras el sabio Frank me acompaña con alguna de sus canciones. Uno puede fantasear con revivir con cartas de amor a los buzones abandonados, resolver difíciles crucigramas una mañana de domingo después de una agitada noche, o por qué no, con impresionar a la moza de turno con alguna frase ingeniosa, aunque y lo digo por experiencia, este último roce la categoría de lo hollywoodense. Y sí, pueden ser un sueños simples, pero que bien se siente tacharlos de la lista.
Un poco sobre esto se tratará la nueva sección que titulé “Cajón de Sastre”. Será un lugar donde convergerán todo tipos de sueños, los sencillos, los imposibles, los absurdos, los propios, los ajenos, los tristes y los alegres. Nos remontaremos en el tiempo, volaremos hasta los 50’ para escuchar de primera mano “Come fly with me” mientras la lluvia nos sorprende sin paraguas, o quizás hagamos un viaje a algún nuevo universo literario para intentar meternos en la piel de otras personas, o veremos como las calles, heridas de muerte, se lamentan llenas de escombros mientras ven pasar a los transeúntes, o intentaré dejar en claro que no todo está perdido, que como bien hizo Pandora (por favor, remítanse a la mitología no a Avatar), no dejaremos escapar de nuestros cajones a la esperanza.
Se siente bien volver. Pasen y lean. Gracias.
El vagabundo de las estrellas